Le arrancaron los pies del suelo
que era su sustento y también su hogar
La arrancaron también del cielo
donde soñaba y podía volar
En un gris laberinto la metieron
donde su piel no podía lavar
Con ruido y venenos la aturdieron
Y a muchos que amaba no pudo salvar
Pero hasta que ya era tarde no supieron
que la rabia de Gaia no se puede encerrar
