>Un día hablaba sobre servicios básicos donde, como no, está incluida la educación, aunque esta va más allá de un mero servicio básico. En este caso, no es tanto sobre educación sobre lo que voy a hablar, si no más bien sobre la lucha de la comunidad educativa y parte de la sociedad civil agrupados en la Plataforma en defensa do uso público do Mosteiro de Celanova, para para poder seguir impartiendo clases en parte del Monasterio de San Salvador, uno de los principales atractivos turísticos de la villa (que además del instituto de secundaria y algunos módulos de FP también alberga a la policía y algunas dependencias más), contra el deseo de muchos grupos en Celanova (el grupo político que está al frente de la alcaldía, por ejemplo) de convertir el monasterio en un hotel-monasterio o un parador.
Las movilizaciones llevan produciéndose hace muchos meses, y contándolo todo en su blog, también las noticias sobre la nueva ofensiva del Concello para la privatización del monasterio.Por supuesto, dicen se trasladaría el instituto a un edificio de nueva construcción mucho mejor equipado, sin los problemas de calefacción y canchas deportivas que arrastra actualmente.
En otros ámbitos sin embargo se ve más como un «pelotazo patrimonial».
La verdad es que son varias dudas las que surgen a bote pronto ¿realmente hay tanta presión turística en la zona? Y si es así, ¿merece la pena embarcarse en semejante proyecto incluso a nivel rentabibilidad y sin que tengan que cargar con inversión las arcas públicas para luego en la práctica enriquecer sólo a la empresa privada que gestionarían el monasterio, que seguro no asumirían todos los gastos con la excusa de que están creando desarrollo y puestos de trabajo (cuántos)?¿No sería mejor promover la rehabilitación de alguna casa antigua como hotel, menos inversión? ¿y quien asumiría las obras, estarían bajo el control y supervisión de Patrimonio, para que no se carguen el claustro neoclásico u otros recovecos chulos de los que hay?
Lo que está claro es que para conservar estas edificaciones lo mejor es darles un uso, y en mi opinión el uso público es más adecuado para preservar los valores patrimoniales (siempre poco «convertibles en beneficios», que al fin es lo que suele buscar la empresa privada). Pero sobre todo, escuchando a los ciudadanos y a los futuros usuarios (y dando información real de número de puestos de trabajo que se crearían, los estudios de mercado realizados para demostrar esa presumible presión turística, y alternativas para aumentar la capacidad hotelera si se demuestra esa demanda de plazas en vez de privatizar patrimonio, no haciendo demagogia y engañando a la gente con el gran impacto sobre el empleo local que pueda generar este proyecto).