Por su increíble emplazamiento, es uno de los más conocidos de Galicia. En unas rocas al lado de la costa y dominando prácticamente toda la ría de Muros y Noia, con una playa preciosa a la que se llega caminando (no, no puedes meter el coche en la arena) y desde la que hay unas vistas sobre el castro que merecen mucho la pena. Había ido hace muuuchos años, pero no me acordaba de que fuera así…