El Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. Como siempre, lo que más cerca tienes, menos lo conoces, aunque este año al fin conseguí visitar uno de los archipiélagos de este parque, las Islas Cíes. Vigilando la boca de la Ría de Vigo, es el lugar ideal para los ornitólogos (sobre todo si te gustan las gaviotas, que dicho sea de paso son de mis aves «menos preferidas»). Pero la naturaleza aun salvaje en muchas zonas y ese mar que de puro helado te deja sin respiración son experiencias muy recomendables.
Se puede ir y volver en el día en alguna de las empresas de catamaranes (que además se pueden por fin reservar en línea sin tener que llegar a primera hora de la mañana sin tener que hacer cola cruzando los dedos para que quede sitio). Es menos de una hora desde Vigo (y carillo, unos 19 euros ida y vuelta).
También se puede reservar (preferiblemente con una semanita de antelación, ya que hay un número máximo de personas aproximado que pueden visitar la isla cada día para no «molestar demasiado») plazas en el camping de la isla. Aun así, la isla mayor, donde llega el catamarán, no es lo que se dice un prodigio de la protección natural (con no muy buena señalización y cierta relajación en la vigilancia de las normas, 2000 personas al día son muchas personas y algunas no son todo lo civilizadas que se desearía…), aunque mejora mucho la zona de esta isla que da al Océano Atlántico (el camping, el muelle y la zona más antropizada miran hacia la ría de Vigo), y el resto de islas que tienen protección casi integral. Ahora me queda Ons.