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AMSTERDAM, DIOS HIZO EL MUNDO Y LOS HOLANDESES HICIERON HOLANDA

6 marzo, 2010 by sergio

Tenía ganas de conocer Amsterdam, la puerta de Holanda (aunque sea Rotterdam su puerto más importante, de hecho es el más importante de Europa). Uno se hace aquí la idea de donde viene ese dicho de “Dios creó el mundo, excepto Holanda, que la crearon los holandeses”. Estar en un dique y mirar el mar, para luego mirar hacia tierra y ver que está uno o dos metros por debajo, causa en los extranjeros una extraña sensación de “incomodidad”. Por no hablar de las casas, la estación de tren, restaurantes, etc. construidos sobre pilares sobre el agua…

El vuelo fue desde Porto, que está quitando protagonismo a los fragmentados y poco eficientes aeropuertos gallegos (poco competitivos y sobre todo horriblemente comunicados con transporte público con sus ciudades respectivas), a Eindovhen (aunque parece que desde Abril habrá vuelos directos desde A Coruña). Muy cómodo el tomar el bus urbano desde el aeropuerto hasta la estación de tren de Eindovhen y desde ahí un tren a Amsterdam (incluso llegando a las 21:30 se hace sin problemas, hay trenes hasta muy tarde, aquí se ven los horarios, buses urbanos suele haber hasta las 12, pero hay también nocturnos, aunque con unas rutas distintas). Se tarda menos y es más barato que con los autobuses privados que salen desde el propio aeropuerto de Eindovhen (van por autovía con bastante tráfico y además paran en Utrech, y con muy pocos horarios). Es importante, si se va varios días o se viaja en grupo, pillar los bonos de varios viajes (15 o 45) en el kiosko del propio aeropuerto de Eindovhen o cualquier kiosko que veais en el país, que sirven para todos los autobuses urbanos y tranvías del país (y aquí seguiremos con los localismos de tarjetas que sólo sirven para buses de Coruña, o de Santiago…).

El Hostal fue el Slotania. Barato, con buen desayuno incluido, aunque en las afueras (20 minutos de bus desde el centro hasta la puerta del Hostal, aunque bien comunicado con una línea de bus que te deja en la puerta). Hay que reservar y decir la hora de llegada lo más precisa posible.

Y al día siguiente a las 11 estábamos al lado de la oficina de turismo, junto a la estación central, para participar en el tour gratuito de 3 horas que organiza la agencia Newasterdam (con una filosofía interesante basada en el concepto de servicio básico: nadie debería quedarse sin una visita guiada básica en Amsterdam, y que pague lo que pueda). Y así pudimos conocer el centro de Amsterdam, no muy grande, ideal para conocer caminando, pero que puede resultar laberíntico al principio, con sus canales y sus casas tan parecidas.
Desde Plaza Damm, hacia la zona del barrio Rojo, con iglesia incluida para poderse confesar tras las “expediciones” en los burdeles de la zona, viendo el entramado urbanístico pensado para y por el comercio. Hasta las casas con sus fachadas inclinadas hacia adelante todas con un enganche para izar las mercancías al segundo piso, a salvo de humedades y evitando las estrechas y empinadas escaleras interiores (construidas así por la estrechez de las fachadas, ya que se pagaba impuestos según la anchura de las mismas, lo que motiva las originales casas con la anchura de una puerta…).

Tras comer algo en un bar típico cercano a la casa de Ana Frank (había una cola de gente para entrar bastante grande), donde acabó este primer tour, tocaba callejear, hasta que llegara la hora del tour (este pagando 8 euritos) por el Barrio Rojo, donde nos contaban como estaba el tema organizado. Estaba interesado en ver el funcionamiento de la “prostitución controlada” en un país como Holanda, donde el lema vive y deja vivir lo llevan a rajatabla, así como lo de “tu libertad acaba donde empieza la de los demás”. El barrio rojo está lleno de “escaparates” donde las trabajadoras se exhiben. Pagan por ellos unos 150 euros cada 8 horas a las “agencias” que las alquilan (5 ó 6). Los servicios son a 70 o más euros por 15 minutos, todo bajo unas condiciones de extremada higiene (con revisiones periódicas mínimo cada 15 días, preservativo y todo tipo de protecciones que llaman la atención). Además las prostitutas cotizan como autónomos, y por supuesto, tienen todos los derechos de cualquier trabajador. Se trata, pues, de una profesión poco recomendable, pero nada que ver con las condiciones de explotación, humillaciones, inestabilidad y marginalidad que se dan en otros sitios del mundo.

Dar una vuelta en barquito por los canales merece mucho la pena, hay varias empresas con las que se puede hacer. Eso lo hicimos al día siguiente, donde comimos en el restaurante Manolo, «español», donde te cobrarán un pastón por un agua…

Edam es un pueblo que está muy cerquita de Amsterdam, y se puede pillar el bus al lado de la estación central de tren. Seguro que os suenan sus deliciosos quesos… (además los hay de distintos y originales tipos, de pesto, de perejil, etc.) También se puede ver algún molinito de viento de los típicos en la ruta que hay entre Edam y Volendam.

Luego estuvo el Museo Van Gogh (y otros muchos a los que no me dio el tiempo para ir, de los que destaca el Rijksmuseum), el mercado de las pulgas (típico mercadillo de segunda mano), bicicletas por doquier… Me llamó la atención también las casas hechas con contenedores de transporte marítimo (hay hasta residencias universitarias hechas con ellos), como muestra del afán reutilizador de los holandeses.

En fin, una visita altamente recomendable, incluso merece la pena la huella ecológica que se genere por volar a Amsterdam por el subidón que da el ver el uso masivo de la bicicleta y su promoción en una gran ciudad (yes, we can!).

Estación central de Amsterdam, sobre pilares de madera que estuvieron siendo sustituidos por hormigón recientemente.
 Uno de los puentes de Edam sobre el canal.
Amsterdam by night (las banderas arco-iris eran un motivo muy repetido en las calles)
Canal en el Barrio Rojo
Los barcos-casa, aprovechando el espacio…
Desde el barquito se pueden ver imágenes interesantes de la ciudad, otra perspectiva. Aquí el aparcamiento de bicicletas ¡de tres pisos!
Vista desde el barquito, con restaurante japonés incluido, y la Iglesia de San Nicolás, la principal iglesia católica de la ciudad.
 Árbol en el mercado de segunda mano, ni idea de donde vendrá la tradición de los peluches…
Centro NeMO (National Center for Sience and Technology)
 Desde un puente en el barrio rojo…
 Típica estampa, con bicicletas por doquier
 Detalle de barrio rojo, con los «escaparates» y sus luces al fondo
 
Más vale prevenir…
Molino en el camino de Edam
La cultura okupa, muy presente en la ciudad, que es incluso promovida a nivel institucional, y llega a haber empresas que «exploran» casas susceptibles de ser okupadas…
 
Casas en el puerto a base de contenedores de barcos

3 Comments »

  1. Lara dice:

    >ais! que ganas de volver a estar por esa parte del mundo!!! buenos recuerdos y sobre todo maravillosos paseos!

  2. Sergio dice:

    >Tampoco es nada fea la parte del mundo en la que estás tu! Jajaja

  3. Gonzalo Martínez Crespo dice:

    >Jeje, es una ciudad fantástica que combina con acierto ser: acogedora y divertida, moderna y antigua.Si pudiera volvería mañana a pasar unos días!

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