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Posts Tagged ‘agua’

  1. El papel de las administraciones en el aseguramiento del derecho al agua.El caso de Honduras

    octubre 26, 2016 by sergio

    En los proyectos que llevamos a cabo con Enxeñería Sen Fronteiras en Honduras, no paramos de reflexionar sobre el papel que se debería pedir a las administraciones locales (alcaldías sobre todo), dado también por la propia legislación del país. La parte de «vigilancia» que desde algunos de nuestros socios hondureños piden al estado me parece muy deseable (control de calidad y otros), cosa que no han estado haciendo). Pero en última instancia yo creo que es papel de la administración asegurar temas como por ejemplo las infraestructuras.

    Es importante no hacer recaer sobre la espalda de las comunidades más esfuerzo de aseguramiento del Derecho al Agua de lo debido, ya que se corre el riesgo de puentear administraciones que deberían ser protagonistas en asegurar ese derecho al agua. Sabemos que la debilidad de las Administraciones Públicas en Honduras hace que el aseguramiento del derecho al agua tenga que recaer más de lo que estamos habituados en las comunidades (no hace tanto en Galicia pasaba lo mismo, y aun hay zonas en que pasa, en que las Juntas Vecinales de Agua tienen gran importancia). Esta dejadez de funciones de las Administraciones (ya sea por falta de recursos, de conocimientos, por pereza, por corrupción o una mezcla de ellos) es un problema grave, porque temas como el equilibrio territorial y la solidaridad entre zonas más ricas con más empobrecidas (a través de, por ejemplo, impuestos), casi desaparecen. Por decirlo claramente, las comunidades tendrían que «buscarse la vida», sin importar su tamaño y el lugar donde estén (claramente en zonas de trópico seco están en una desventaja mucho mayor que en otras zonas). Los impuestos redistribuidos a través de quienes tienen la obligación de asegurar el derecho al agua (estado y municipios), así como la supervisión de la calidad (no para imponer multas, sino por un tema de salud pública), son herramientas clave para esta solidaridad interterritorial.

    Son importantes para activar esto las acciones de apoyo a la movilización de las comunidades para exigir derechos a quienes deben asegurarlos, al mismo nivel (o incluso mayor) que las acciones que implican «fortalecerse para buscarse la vida ya que no podemos contar con la Administración Pública». La prevalencia de este último enfoque puede ser un parche para ir tirando (o una estrategia «interesada» para reducir el papel de las administraciones en la provisión de servicios básicos, como en algún caso se ha acusado a algunas organizaciones que promueven la gestión comunal del agua). Lo que está claro es que en última instancia no cambiarán las condiciones del país, y probablemente las organizaciones de la sociedad civil con interés en la defensa del Derecho al Agua deban apostar también por incidencia política a más nivel. Un ejemplo de esto en Honduras es la lucha por unas tarifas justas de electricidad a las Juntas de Agua, que no se está logrando (no tienen ninguna exención tarifaria, porque aunque sí se contempla, la burocracia es tal que la mayor parte de las juntas de agua no pueden afrontarla para solicitar esa reducción de tarifa).

    El enfoque que está empezando a ser prioritario para Honduras de «veeduría social» pasa por apostar mucho por la incidencia, por hacer a las personas partícipes de que tienen derechos, a quién deben exigirlos y cómo, así como construir indicadores de transparencia para que las organizaciones de la sociedad civil y las propias administraciones puedan hacer seguimiento. Además probablemente en el caso del agua en Honduras sea necesaria una reestructuración de toda la parte de la administración central que se enfoca al agua de forma que sea entendible (que por su complejidad en ocasiones ni las distintas administraciones saben qué funciones y responsabilidades corresponden a cada ente de gestión del agua).

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  2. >También la lluvia merece la pena…

    febrero 16, 2011 by sergio

    >… no sólo por tener el marco que tiene (la guerra del agua en Cochabamba, que a pesar de ser simplemente el marco de la historia, se toca mencionando la problemática de la privatización de un servicio básico y la lucha de las personas por el mismo a costa de lo que sea), sino también por las diversas contradicciones en las relaciones entre conquistadores y conquistados (pasadas y actuales, que desgraciadamente aun se dan muchas) que describe y sobre las que reflexionan los personajes. Son como dos películas en una y confieso que me quedé con ganas de ver completa la que dentro de la propia «también la lluvia» están rodando sus protas sobre la explotación de los indígenas por Colón y la defensa de sus derechos por Fray Bartolomé de las Casas y por Fray Antonio de Montesinos.

    En también la lluvia cada personaje se debate entre sus propias metas y sus prejuicios hacia el pueblo sobre cuya explotación pretenden hacer una película (poniendo como protagonistas, como suele ser habitual no al propio pueblo, sino al españolito defensor de los derechos de los pobres indígenas, aunque acababan dando un papel destacado a Hetuey, el cacique que murió despreciando las prácticas de los conquistadores, encarnado dentro de la película por uno de los líderes del levantamiento contra la privatización del agua, y posiblemente el mejor actor de la película), logrando un paralelismo excelente entre lo que iba aconteciendo en la película que rodaban en la época de la conquista y el conflicto generado por la guerra del agua, que se desata en pleno rodaje (y que refleja la nueva conquista por las grandes empresas privatizadoras, muchas de ellas europeas).

    Los conflictos entre el actor que hace de Colón y el resto de actores, el papel del director de la película (que vive en un mundo paralelo y solo le importa su película), la relación con los extras (algunos de ellos metidos en la guerra del agua) y las autoridades locales (la conversación con las autoridades locales podría tener lugar en cualquier lugar de latinoamérica, donde comparan el acceso al agua y su gestión con el pago a extras de forma demagógica, aunque se toca hábilmente la contradicción de hacer una película de denuncia y estar pagando sueldos míseros o hacer la película precisamente en Bolivia por ser mucho más barato) y la transformación de Costas (productor de la película interpretado por Tosar, que pasa de simplemente controlar los recursos para que la película vaya adelante sin importar como a irse empapando de la realidad de su entorno hasta implicarse en él, aunque de una manera nada «lacrimógena»), rodeados del resto del equipo de la película que simplemente sienten miedo a la reacción social y no se paran a entender sus causas profundas y solo desean huir, hacen entretenida y con mensaje una película que al menos sirve para dar que pensar…

    Actualización 19/02/2011
    ¡Y encima ha recibido el premio del público en la Berlinale!