Imprescindible una visita a Santa Sofía, aunque haya que pagar la entrada (es un museo). Impresiona tanto por dentro como por fuera, es un símbolo del paso de civilizaciones por la ciudad (catedral ortodoxa, católica, mezquita y museo).
- Santa Sofía (siempre llena)
- Cúpula por dentro
- Detalle del techo, con la virgen
- Desde la ventana, la mezquita azul…
- …y el patio
- Impresiona tanto espacio diáfano (es del siglo IV!!!)
- Bajando…
Cuando los turcos dominaban Constantinopla/Istambul, Santa Sofía era como un canto implacable que recordaba que los bizantinos fueron más grandes. De ahí buena parte de la pasión constructora de los turcos (la Mezquita Azul y las otras mezquitas gigantes de la ciudad, más los palacios). En mi opinión las mezquitas gigantes sólo igualan a Santa Sofía en tamaño, ingeniería, presunción… Pero les falta algo, no sé si decir estilo u originalidad, para acabar de superar totalmente a Santa Sofía. Es decir, han pasado 1500 años y varios imperios, y Santa Sofía sigue siendo prácticamente lo más atractivo de la ciudad. Se me nota que me impresionó 🙂