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‘Saliendo de A Cova (viajes)’ Category

  1. Baroña, el castro «de vacaciones»

    agosto 29, 2011 by sergio

    Por su increíble emplazamiento, es uno de los más conocidos de Galicia. En unas rocas al lado de la costa y dominando prácticamente toda la ría de Muros y Noia, con una playa preciosa a la que se llega caminando (no, no puedes meter el coche en la arena) y desde la que hay unas vistas sobre el castro que merecen mucho la pena. Había ido hace muuuchos años, pero no me acordaba de que fuera así…

     


  2. Xunqueira de Ambía e a música das esferas

    agosto 17, 2011 by sergio

    Nova visita a un órgano representativo da provincia de Ourense cos amigos de Un rato no tubo, na súa web se poden ver máis datos da visita, onde vencellaron a música, a estrelas e as matemáticas como xa fixera Kepler hai moitos anos. Tivemos concerto «planetario», relación de música e matemática e explicación astronómica da música das esferas (se poden escoitar, ver ou escoitar e ver) con prácticas incluidas gracias a membros dunha asociación de astrónomos de Ourense. Xa estamos esperando a próxima nova experiencia, non vos perdades a súa web para ver cando será…

    Eu quedeime coa magnífica igrexa de Xunqueira de Ambía e o seu entorno, outro lugar recóndito da provincia de Ourense, non lonxe de Allariz.



  3. En Sol, uno de los epicentros indignados

    junio 7, 2011 by sergio

    >El viernes estuvimos en Sol, aunque no en las Asambleas. Aquello era casi una atracción turística, con un montón de gente haciendo fotos por allí (no me creo eso de que los empresarios de la zona estén perdiendo dinero…). Se veía una tendencia a reforzar la creación de asambleas de barrio (ya hay un montón de ellas por Madrid y pueblos de alrededores, hay listados para que la gente vea el que le queda mejor), incluso con una especie de manifiesto sobre ese tema (y también una recogida de firmas para liberar a unos detenidos de cuando el intento de desalojo).

    Por otro lado, parece que la apuesta es también mantener una asamblea semanal en Sol (igual que en otros lugares) y mantener el movimiento muy vivo también en la red, de cara a las generales. Sobre iniciativas para modificar las leyes no había nada (aunque posiblemente el movimiento no tenga por qué promover esto, sino más bien que se hable del tema y sean los partidos los que vayan haciendo suyas las propuestas, como está pasando ya en algún caso). Pero parece que hay una minoría que se resiste a abandonar la acampada (y también que en algunos momentos aquello parece más una fiesta de djembés que otra cosa, aunque digo yo, entre debate y debate tiene que haber tiempo para espacios informales, no? el problema es si esos espacios tienden a ocupar todo el tiempo…).

    Las ONG también van pensando sobre su papel pasado y futuro en el movimiento:

    Arcadi Oliveres en canal solidario

    Enseñanzas organizacionales de spanishrevolution  (aquí dejé un comentario)

    Me encantó como dejaron la tierra al lado de una de las fuentes de la plaza

    En el caos organizado de la acampada

    La zona de información

    La biblioteca (donde incluso se jugaba al ajedrez)

    Cultura callejera por doquier

    Tomando las uvas

    Algunos mensajes con destinatarios claros…

    El movimiento, como una tsunami mundial

    La zona «Sahara», que también muestra su apoyo al movimiento

    Desde la calle de Alcalá (justo frente a tres camionetas de la policía)

    El mapita actualizado a viernes 3 de junio

     El comunicado de articulación de las asambleas de barrio

    Y para acabar el día, acto de presentación de un proyecto en Nicaragua con un lema interesante: «Yo sí creo que el arte puede cambiar el mundo». Y para muestra pudimos ver a uno de los más importantes trovadores de Nicaragua, Ramón Mejía «Perrozompopo» (de la estirpe de los Mejía, no sabe uno si se lleva en los genes o si uno llega a esto por mamar arte desde que se es pequeño…, en su web podéis descargar su último disco).


  4. Tierras de Celanova, 4

    mayo 30, 2011 by sergio

    La primera vez que fui hace ya varios años me sorprendió esta pequeña villa cuya torre domina las tierras de Celanova, como superviviente acusador de la revolución irmandiña (otra de las muchas veces en la historia en que «los buenos no ganaron»), suavizado su carácter por el hecho de haberse convertido en el centro de interpretación de la comarca. Merece mucho la pena entrar al pueblo, ya que apenas hay que desviarse de la carretera que va a Orense desde Celanova. Y aun me quedan muchos lugares de esta zona por ver, pero como aperitivo, no está mal…

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    Vilanova dos Infantes desde Castromao

     

    Callejuela con hórreos

     

     

    Vistas desde la torre (arriba hay una terraza con vistas preciosas de los contornos a las que la cámara no hace justicia, así que preferí centrarme en lo cercano, con los contenedores bien disimulados por una valla de madera y los pequeños tejados de los hórreos

     

    La torre

     

    Plazuela 

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    Outros enlaces relacionados



  5. Tierras de Celanova, 3

    mayo 20, 2011 by sergio

    No muy lejos de Celanova, no puede uno dejar de visitar Castromao, donde los espíritus de los antiguos habitantes celtas aun vagan entre las ruinas apenas excavadas en la ladera de un monte que domina las tierras de Celanova… No es fácil llegar, pero cualquier lugareño sabrá mostrar el camino.

    Ver mapa más grande

     

     

     

     

     

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    Enlaces relacionados

     


  6. Tierras de Celanova, 2

    mayo 10, 2011 by sergio

    En la primera entrada de esta serie estuvimos de visita por el monasterio de San Salvador. Pero no acabamos la visita…, nos quedaba una de las joyas arquitectónicas que también pertenecen al monasterio, que es su iglesia, y que pudimos ver el otro día con concierto didáctico en su espectacular órgano incluído, cortesía de Un Rato No Tubo (¡y próximamente repetiremos en Xunqueira de Ambía!).

    La fachada principal de la iglesia

     

    Y al entrar…

     

    El retablo, bastante poco austero…

     

    Y por si lo queréis ver más de cerca…

     

    No hay demasiadas vidrieras, pero esta está situada en un lugar estratégico tras el enorme retablo

     

    Esta foto me hizo gracia como quedó…

     

     

    Un par de tomas del concierto didáctico de órgano, aprendiendo como funcionan esos curiosísimos mecanismos. Cuanto más los conozco, más me impresionan…

     

    Vaya libraco!!! Claro, los monjes los tenían que ver desde los asientos que rodean a ese super-atril para seguir las canciones…

     

    Yo estaba sentado en el coro superior (hay otro coro abajo), y bajo los asientos se pueden ver imágenes como esta…, muy «enxebre», ¿verdad?

     

    Trompetas o tubos labiados, ¿adivinais cuales son estas?

     

     

    Desde allí arriba…

    Entradas relacionadas:


  7. Tierras de Celanova, 1

    mayo 4, 2011 by sergio

    Ourense es una provincia bastante desconocida, pero que tiene unos lugares impresionantes (y poco explotados turísticamente, a veces por fortuna y en otros casos por desgracia). Aquí comienza la serie dedicada a las tierras de Celanova que tendrá 4 entradillas con algunas fotos que me gustaron (si es que salen solas, me las quitan de la ćamara…). La primera será sobre el monasterio de San Salvador sobre el que ya he hablado dado el triste litigio entre Concello y miembros de la comunidad educativa (ya que además de dependencias municipales alberga un instituto). Tuvimos la suerte de participar en una actividad de la Asociación Un Rato No Tubo, que nos enseñó el Monasterio y la Iglesia, con concierto didáctico de órgano incluido y explicándonos el arte y la arquitectura de la zona con paralelismos musicales muy buenos (el ritmo constructivo).

    Por aquí se hacen los «cambios de clase» del instituto de Celanova

     

    Aquí van a la biblioteca (que además es muy utilizada incluso por gente externa del instituto, no me extraña, si dan ganas de ponerse a leer como un loco…)

     

    Dos vistas de «O Poleiro», balconada en el «entresuelo» a donde daban las habitaciones de los novicios (no se sabe si se le llamaba así porque los novicios eran «poliños», porque estaba a una altura media, o por las dos cosas…). Además por extensión la comunidad educativa le llama así al instituto.

     

    Vista de las escaleras de servicio con el techado de madera. Brutal.

     

    O Poleiro desde abajo

     

    Uno de los claustros (con el jardín bien cuidado, buen lugar para salir al recreo…)

     

    El jardín del claustro de la parte del monasterio donde hay dependencias municipales, la diferencia es patente… Es un buen ejemplo de los ritmos constructivos, abajo más sobrio y «machacón» (como el bajo), el siguiente piso siguiendo ese ritmo pero con más «adornos» y arriba con muchas variaciones (las gárgolas en la parte alta son todas distintas, como se ve en la foto de aquí abajo)

     

    Las gárgolas vigilan…

     

    La capilla románica de San Miguel, curiosísima con sus tres cuerpos con bóvedas de tipos distintos.

     

    Esta es una de sus bóvedas, la del cuerpo central (el más grande).
    La habitación de Celso Emilio Ferreiro está allá arriba…

     

    Detalle del techo de uno de los claustros

     

    Otro detalle de uno de los claustros

     

    Caras en las zonas clave de las bóvedas del claustro 

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    Otros enlaces relacionados

  8. >Unha de árbores… (tree power)

    marzo 5, 2011 by sergio

    >

    Na Bretaña saben como adornar as casas

    Courel

    Árbores de vida perdidos no León profundo

    Tree power!!

    Amigos da auga..

    …amigos do sol…

    …e da luz

    Ancares sen neve…

    …e tamén con neve

    O místico (canóns do Sil)

    O avó (Manzaneda)

    O tataravó (perto do Serengeti tanzano)

    O «friki» (Amsterdam, xunto ao mercado de rúa)

    Coidado comigo!

    Ven aquí…

    O horizonte… (Donillas-León)

    …e o cercano (Trellerma-Ourense)

    O impoñente (ceiba en Tikal, Guatemala)

    O bosque animado?


  9. CATRACHOS Y CHAPINES, 3

    enero 18, 2011 by sergio

    Partimos hacia Honduras a las 5:00 am y el amanecer nos pilló llegando a Puerto Carreras (no sé por qué, pero siempre me duermo en estas lanchitas, ese cabeceo, el airecillo…, no importa lo precioso que sea el paisaje).

    Al muelle de La Ceiba llegamos a las 13:45, con tiempo de sobra para agarrar el ferry de las 16:00 a Utila (si se va ruteando desde Linvingstone sería muy complicado llegar a tiempo en el mismo día, ya que habría que ir en barca colectiva a Puerto Carreras, de ahí buscar un busito a la frontera con Honduras, para luego que algún minibus te acercara a Corinto, y de ahí un autobús a San Pedro Sula, donde por último habría que agarrar otro autobús a La Ceiba y un taxi al muelle, pero si lo lográis, ¡¡avisad!!, puede ser bonito si tienes tiempo).
    Mientras esperábamos, charlamos con una curiosa pareja de israelitas y nos enteramos de que ya que en Israel no existen las bodas civiles (son todas religiosas), muchos no religiosos viajan a otros países con convenio con Israel por el cual sus bodas civiles son reconocidas en Israel. Uno de ellos es Honduras… (si es que, hecha la ley hecha la trampa…).
    Después de una frugal comida, el Utila Princess nos llevaría en una hora a la isla de Utila, paraíso de mochileros y/o buceadores. Uno de los monitores del montón de escuelas de buceo que hay en el único poblado de la isla nos aconsejó el hostal Rose, en Mammy Lane (no confundir con el Rose Hotel, en la calle principal del pueblo). Resultó estar bastante a desmano (dentro de lo pequeño que es el lugar), y aunque era un lugar agradable y tranquilo, quienes no eran tranquilos eran los vecinos que nos tocaron (es lo que tienen los hostales mochileros). El pueblo era alegre, con mucho guiri buceador y con ganas de marcha nocturna, así que a las 7:00 am del día siguiente nos fuimos a los mucho más tranquilos Cayos de Utila, islotes al suroeste de la isla, donde una de las escuelas (la de Capitán Morgan) tenía un hotel e impartía sus clases de buceo. Varios españoles daban clases en la isla (incluido algún gallego), y aunque yo opté por el snorkel, me ha picado el gusanillo al ver los espectaculares arrecifes de coral, un paraíso de color y vida en el que dan ganas de introducirte y no simplemente verlo “desde arriba”. Lo ideal es ir con al menos 4 días para disfrutar del curso de submarinismo. Utila es el lugar más barato del mundo para hacerlo, y como su paisaje sobre el agua no pasa de ser bonito (y para los que conozcan otras zonas del Caribe hasta decepcionante, dada su falta de playas “de las típicas”), cuando uno mete la cabeza bajo el agua con unas gafas de buceo se da cuenta por qué aquí viene tanta gente…
    La laguna rodeada de arrecifes de coral, donde se puede hacer esnórquel sin saber nadar
    Casas de gente rica en primera línea. Acabarán por circular toda la isla, pero aun así hay diferencia con otras costas que conozco…
    Muelles en los Cayos de Utila, donde estaba el hotel (eran dos cayos unidos por un puente). Al fondo, en el horizonte, se ven otro par de cayitos.
    Un habitante de la zona
    Y en ese paraíso estuvimos un par de días, hasta el día siguiente al anochecer, que volvimos al pueblo en Utila, donde pasamos la noche esta vez en el hotel Ruby’s Inn, habitación de 4 camas por 15 dólares, muy tranquilo y en la calle principal, no lejos del muelle.
    Al día siguiente fue de viaje de vuelta a San Pedro Sula, primero en el Utila Princess a las 7:00 am (cuidado con el equipaje frágil, mejor siempre con uno), después en un taxi desde el muelle hasta la estación, y por fin en autobús hasta la estación central de San Pedro Sula. Allí pude comprar un billete de autobús en la compañía King Quality para San Salvador al día siguiente. No encontramos a nuestro amigo Eduardo, más bien estuvo a punto de haber un altercado entre dos taxistas que tuvo que arreglar el árbitro que tienen de la cooperativa asignándonos a uno de ellos. Pasamos cambiando dinero por el centro de SPS, que era un infierno de coches y gente (y con un tipo de cambio euro/dólar horrible, aunque no tan malo como el que les hicieron al día siguiente a mis compañeros de viaje en su vuelta al pasar por el aeropuerto de Miami, donde cobraban los dólares más caros que los euros!!) y luego llegamos al hostal Tamarindo. Desgraciadamente estaba bastante lleno, y solo nos ofrecían una habitación que no nos convenció demasiado, en el vestíbulo. Afortunadamente había un hotelito con menos de 2 años de antigüedad cuyo dueño era primo de la mujer que estaba cuidando el Tamarindo, y que nos vino a buscar. Por 15 dólares tuvimos una habitacioncita en el Guest House Inn con 4 camas, y al día siguiente el propio dueño nos acercó a mí a la estación de autobuses y a mis compañeros al aeropuerto cobrándonos un poquito menos que los taxis. Por si fuera poco, este hotel estaba en el Barrio del Guamilito (7ª avenida y 4ª calle), a un par de cuadras (manzanas) de la plaza central de San Pedro Sula, y pudimos dar un paseo y ver la catedral, los puestos de la resistencia que apoya el regreso de Mel Zelaya (presidente destituído por un Golpe de Estado hace año y medio) y hasta un concierto de Los Reyes de La Punta (síiii, conseguimos verla).
     La catedral de San Pedro Sula
     Los Reyes de la Punta
    A mí aun me quedaba un día de viaje desde San Pedro Sula a San Salvador, salimos a las 5:00 am y a las 13:30 estábamos en San Salvador, yendo por el lado de la forntera de El Poy. Allí me quedé en el agradable hotel que estaba en la misma estación de King Quality, para no andar ya con muchos cambios (aunque este era más carillo, 32 dólares desayuno incluido, con wifi y de todo, casi un lujo). Por lo menos pude mirar el montón de correos-e que me esperaban… Al día siguiente fue la vuelta, en el aeropuerto de San Salvador, pequeño y caótico, pero agradable, luego el de Costa Rica, mi preferido, para luego llegar al agobio de la T4 y las malas formas del personal de seguridad que parece que en España están siempre amargados, no es para menos, con la cantidad de medidas de seguridad chorras que les obligan a supervisar, “descálcese; el cinturón; ¿lleva algo en el bolsillo?; el agua no puede pasar, tampoco la puede beber aquí, tiene que salir de nuevo y volver a entrar (?!)”. Y luego en Santiago de pronto aparecen dos guardias civiles de la nada donde estaba saliendo la gente con su equipaje sin que les registraran ni les preguntaran, para empezar a preguntar si tenemos algo que declarar, No, de donde viene, de muy lejos: San Salvador, pero no ha comprado nada?, algún regalito, ¿por cuanto valor?, XX euros (no le acabo de decir que no tengo nada que declarar, si no me cree regístreme!!!). Las medidas arbitrarias y chorras no crean seguridad, señores “diseñadores” de medidas de seguridad, más bien crean que la gente se enfade y se sientan humilladas y como ovejas, y el personal de seguridad esté amargado. Hogar, dulce hogar…

    ENLACES RELACIONADOS

    Catrachos y chapines, 1
    Catrachos y chapines, 2


  10. CATRACHOS Y CHAPINES, 2

    enero 12, 2011 by sergio

    De El Remate a Flores fuimos en minibus, y de ahí a Río Dulce en un bus que nos dijeron en la estación de Flores que iría rápido y sin paradas, y realmente viajó haciendo muchísimas paradas antes de llegar, ya anocheciendo, a Río Dulce (100 quetzales nos cobraron en la estación, cuando realmente valía 75, y además engañándonos con lo de que era directo, se nota que hay ya cierta “degeneración turística” en Flores, si se busca tranquilidad y buen rollo mejor El Remate sin ninguna duda).
    En Río Dulce un miembro de la cooperativa de lancheros que esperaba en la parada del bus nos guió a un hotel casi bajo el puente más grande de Centroamérica, el Vista Río, cuyo propietario era un tejano (y también gringos eran la mayoría de los que tomaban cerveza en la agradable terraza con vistas al Río Dulce).
     Vista sobre el río Dulce desde el hotel Vista-Río
    El puente más grande de Centroamérica
    Aun tuvimos tiempo de ir a charlar en el muelle de lanchas colectivas con miembros de la cooperativa de lancheros, y enterarnos de todos los detalles de su organización y del viaje que pretendíamos hacer al día siguiente por el Río Dulce hacia Livingston. Las personas que llegaban en transporte colectivo debían ir en lancha colectiva, y los miembros de la cooperativa se turnaban en los viajes diarios (como mucho dos en cada sentido, ya que Livingston no tiene conexión por carretera con el resto del país, de ahí que su cultura garífuna se haya mantenido muy bien, siendo el único sitio de Guate que se conserva, el resto de la costa Caribe del país es de Belice, a la que llamamos Guatepeor por el sucio truco empleado para arrebatarle ese terreno a Guatemala). Si alguien quería un servicio especial a nivel particular, entonces el viaje lo hacía el que primero encontrara clientes. Como había veces que la cosa no estaba clara y se daba cierta picaresca, se sancionaba a los infractores y se les ponía en una lista en el muelle con los turnos de penalización que el órgano de dirección de la cooperativa acordara.
    A las 7 am salimos del muelle del hotel, donde la lancha pasó a recogernos, y tras acercarnos al Castillo de San Felipe (uno de los que construyeron los españoles para defender el Río Dulce de los piratas, igual que en Río San Juan en Nicaragua), bajamos por el Río Dulce en 2 horas de apacible viaje, viendo islotes llenos de pájaros, grandes paredes calcáreas casi cubiertas de vegetación, jardines de nenúfares, niños cuyas bicicletas eran barquitas de madera tipo kayac y hasta una piscina de aguas termales sulfurosas, donde hicimos una parada para descansar y quien quisiera bañarse en ellas o ver unas pequeñas cuevas en una excursión de apenas 10 minutos.
    El Castillo de San Felipe…
    …niños cuyas bicicletas eran barquitas de madera…
    …jardines de nenúfares …
    …grandes paredes calcáreas casi cubiertas de vegetación …
    Ya en Livingston, (bienvenidos a Zimbawe, decían algunos chicos estilo rastafari desde el muelle, para asombro de una niña guatemalteca del altiplano que viajaba en la lancha con su madrina española y no se podía creer que hubiera compatriotas suyos tan negros…), tras una dura negociación con el lanchero, sin siquiera bajarnos de la lancha, nos acercamos a un lugar llamado los 7 altares, donde un río baja al encuentro del mar en diversos saltos en cascada (desgraciadamente estaba seco, pero la caminata y el chapuzón en la zona de más altura de la cascada merece bastante la pena). También se podía ir por tierra desde Livingston, pero el coche te deja a medio camino y luego hay al menos otros 30 minutos caminando. Con el poco tiempo que teníamos optamos por la lancha, que nos dejaba en el embarcadero, al lado de la entrada de la finca, propiedad de un garífuna que cobraba 2 euros la entrada, en un un curioso edificio de madera que era como una mezcla del salón de su casa (con altares, fotos, carteles interesantes como el del idioma garífuna y demás) y un bar (allí había incluso un par de policías, no sé qué vigilarían en esta zona tan apartada…).
    Cartel en la «recepción» en la finca 7 altares, algunos aun valoran su lengua…
    El altar más grande de los 7 altares
    De vuelta a Livingston nos alojamos en el hotel Casa Rosada, 20 dólares por cabañita doble con baño compartido, en plan rústico, pero muy tranquilo y con su propio embarcadero (donde nos dejó la lancha y donde nos vendría a recoger al día siguiente la que nos llevaría al próximo destino). La ciudad es pequeña, bulliciosa, típica del Caribe centroamericano (parece que también en lo que se refiere a la droga y sus problemas con muchos jóvenes y ajustes de cuentas). Está bien conectada por mar (ya que no por tierra), tanto con Puerto Carreras (la otra ciudad guatemalteca en el Caribe) como con Belice y Honduras. Para agilizar nuestro viaje a la isla de Utila, en el Caribe hondureño, nuestro siguiente destino, optamos por apuntarnos a una ruta que por 50 $ en Happy Fish o Travel Express (agencias que se pueden encontrar en la calle principal dentro de bares con sus terracitas) nos llevaban en lancha a Puerto Carreras, y de ahí en minibus directamente al muelle de La Ceiba, la tercera ciudad en importancia de Honduras, desde donde se agarra el ferry a las islas de la bahía Roatán y Utila (para ir a Guanaja, la más inexplorada, hay que ir a Trujillo o pagar un pastón para viaje privado, además de que es con diferencia la más cara de las tres).
    Esa noche, cenamos ceviche y un delicioso tapado en un restaurantito al lado del mar, Don Bonifaz, donde aunque tardaron en servirnos, mereció la pena… Eso sí, nos quedamos sin ver ese día la Punta, danza típica garífuna del Caribe de Guatemala y Honduras (en Nicaragua tienen su Palo de Mayo), que se puede ver en un club musical que hay en la zona, o en alguno de los bares con terraza de los que hay en la calle principal.
    En primer plano, el tapado, con su pescadito, su cangrejo y bajo el caldito de coco y otras cosas, otras sopresas vegetales
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